jueves, 24 de abril de 2014

Corazones rotos

Cuenta la leyenda que había un pozo que guardaba corazones desgarrados
un duende los aventaba hasta el fondo
entre ellos buscaban agujas e hilos para remendarse
uno al otro,
se contaban historias tristes
siempre encontraban un corazón más destrozado
y lo lloraban y veían que sus propias heridas no eran las peores
siempre veían otras más dolorosas
y uno cosía al otro
el que no lograba pegarse terminaba desangrado
y su sangre oscurecida con melcocha ayudaba como amalgama a pegar otros huecos
los que finalmente sanaban salían saltando a buscar el pecho que había quedado vacío
algunos se olvidaban que un corazón remendado no es como uno nuevo
y de tanto saltar volvían a romperse, justo de la misma herida
el duendecillo los aventaba con menos precaución
sin importarle que se lastimaran más
pero bueno, les decía, no aprendieron la lección;
afortunadamente las hadas buenas del bosque cuidan a los que invariablemente se abren de nuevo y entienden que son corazones nobles
que si se abren de nuevo no es por sabios, sino por humanos y extremos. 

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