Está bien, está bien, aquí va la segunda parte, ojalá guste.
Por noches
el esposo se mantuvo en casa
dando vueltas en su cabeza
imágenes que creó
de perjurio y horror.
Llegó el rudo invierno
la locura se le agudizó
de algo estaba seguro
no soportaría más la traición
y menos una separación.
No quería verla a ella sonriendo
con un amante que no fuera él
ni quería ver las caras de su pandilla
sintiendo por él compasión.
En tanta noche por tugurios extraviado
antes de descubrir
la que creyó una tormentosa relación
de su esposa con su amigo
en la calle o en su computadora
veía amanecer
mientras tanto la esposa
lo esperaba despierta
aun sin querer.
La esposa con artimañas
consiguió una droga
con la que dormía como bebé.
Algunos días de su trabajo se ausentó
por el fuerte efecto
del somnífero
con el que caía en sopor.
Pero en los últimos días
que el esposo en su casa se mantenía
dejó de tomar la droga
y en un cajón, sin querer
al alcance del esposo
la dejó.
Por unos días creyó acercarse un remanso de paz
solo de paz, porque de amor ya no.
Regresando la historia
a los días de invierno
el esposo desesperado
en la noche más fría
una trama trazó.
inesperadamente un té a su esposa ofreció
ella feliz por el detalle
gustosa lo tomó
pero el somnífero estaba disuelto
y ella no lo notó.
Cuando dormía profundamente
su esposo
con un calentador de tanque de gas
a su pequeña recámara entró
aseguró la puerta
y luego en la sala
con su computadora se encerró.
Dejó que llegara la madrugada
y de nuevo a la recamara ingresó
su esposa ya estaba muerta
intoxicada sin oxígeno
tendida en su cama
con un rostro sin expresión.
Temblando llamó a la policía y a sus suegros
que llegaron tendidos de dolor
su única hija
muerta por accidente
debido a que su esposo por trabajar hasta muy noche
de su consumo de somníferos
y del calentador en encierro
no se percató.
--Se lo dije mil veces
¡el calentador en la recámara no!
probablemente iría a sacarlo
pero el sueño la venció.
Asesinato perfecto
fin del tormento de ambos
inicio de la obsesión
viviría releyendo los mensajes del amigo
que al escuchar la noticia
en un suicidio pensó.
Le resta vivir con el pecado recurrente
sin retorno y sin perdón
también sin arrepentimiento
--Mejor muerta que vergüenza y rencor.
fin