domingo, 1 de diciembre de 2013

En la confusión del alba

Bueno, pues sigo escribiendo, ya lo he dicho, el principito veía amaneceres, yo escribo.  Algún día diré, esa noche estuve tan triste que escribí 40 poemas.

No siempre es igual de denso el aire
a veces es delgado
otras se atora y pasa lento,
creo que tiene que ver con las estrellas
o con la luna llena
o el viento,
o con el recuerdo de tu voz
que empapa,
quizá con palabras que cortan o rompen
una memoria tan corta
que se arruga,
de tanto que se dobla no se lee
o el carbón que la escribió no es tan firme
o la tinta se corrió,
y la tinta corrida contamina al viento
se mezcla con el aire que respiro
y lo hace denso,
y me ahoga
lo sostengo,
se mezcla con lágrimas y sangre 
que en vez de caer afuera,
salen hacia adentro,
y terminan por corromper recuerdos,
que se distorsionan en la confusión del alba,
del insomnio,
de los sueños blancos,
discontinuos, reflejos.

Tu voz  y el primer sol conspiran
para que el alma no tenga paz
y solo duerma un sueño intranquilo,
                                                  en secreto.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario