No te
pediré permiso pero,
dividiré en
dos partes tu cuerpo
una te la quedas tú
y la otra la
declaro mía
para
siempre, durante el tiempo.
A mi parte
le diré que la quiero
que me es imprescindible
que sólo
con ella respiro
que sin
verla mis ojos están huecos.
A la tuya no la toco,
no tengo
derecho.
Tampoco
merezco mi parte
ni tampoco
tengo derecho,
pero para
eso vivimos en distintos planos
alguno es
el real,
otro el que
habito,
y está muy lejos.
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