Qué tristes se ven los árboles,
su verde ya no es tan intenso;
no es justo que haya risas,
el mundo tendría que ir más
lento.
Una gran dama nos falta.
Que hará la vida ahora.
Qué haremos nosotros para
entender este misterio,
el aire se vuelve más denso,
es más difícil respirarlo.
Nos faltará su risa,
su chispa,
su fino humor,
sus palabras,
y si eran parte de nuestra
vida,
entonces nuestra vida ya no
marcha.
No entiendo por qué el reloj
no se percata y sigue,
ni por qué las calles caminan
como si nada pasa.
Será el tiempo el que nos
devuelva la calma,
veremos cómo la vida se
recobra,
y seremos testigos del
nacimiento de una estrella,
la más brillante,
y sentiremos su alegría de
nuevo,
y estará viva siempre,
porque nunca la olvidaremos.
Un aplauso y una porra para un
nuevo ángel,
que sólo cambia de residencia,
de la tierra al cielo.
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