De qué llenaré la vida si ya no estás,
de adagios marchitos,
de los fantasmas que me busquen
y me encuentren para arrastrarme
a los abismos que me esperan
en el fondo del mar
y del desierto,
o de la desesperanza.
O la podría llenar de historias de horror
de todos los abandonados,
por los que fueron a la guerra,
y se quedaron contando días.
O de los engañados, por ser ingenuos,
que saturan los bares inmundos
que esconden dignidades,
como la mía ha sido escondida,
por tanto tiempo.
También podría cubrirla de
la sangre que brotará de la herida
que nunca cerrará
hasta que me desangre y tenga que esperar
a recuperarla para que vuelva a brotar.
O la llenaré de angustia,
de tristeza,
ya no veré más tu sonrisa,
ni me llevarán tus palabras
el viento me convertirá
en un espíritu que deambula
sin saber dónde caer,
resistiré hasta morirme
sobre el mejor de mis poemas,
o el peor,
o el que sea.
gracias por leerme, en serio, para mí, demasiado significativo
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