de viernes, nocturno, va
No quiero
tomar distancia
entre tu
mejilla y la mía,
amalgamadas
y errantes.
que un
espejo no distinga
donde
termina e inicia
esa nueva
vida
de dos
vidas ligadas,
que refleje
la entrega
y la
alegría de los límites difusos,
imaginando
que la distancia se diluye,
que nos une
más de lo que nos separa.
Si se
despegan quedarían pieles con sangre
en medio de
un jardín de enredaderas y de espinas;
mejor
unidas,
como una
nueva piel que mezcla a las dos
en una nueva
esencia
feliz, embelesada.
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