Va, está incompleto... luego de autotallereo y tallereo, a ver si mejora... pero bueno, ya lo suelto, lo que hago está vivo, no deja quedarse guardado.
Tallereado con mi maestra Sonia.
Salí a buscarte para encontrarte así,
tal cómo eres,
y entender por qué mi vida se detuvo
y te espera para avanzar.
Caminé sin rumbo,
crucé lunas llenas,
me alcanzaron soles recién puestos;
olor a café y leche
y seguí marchando,
sin dejos de melancolía
ni de ausencia.
En el camino encontré ventanas y puentes
y vidas,
unas con más suerte:
eso es lo que diferencia a la vida, la
suerte;
todos pensamos tener un poco más que otros
a menos que la miseria sea mucha;
a veces solo pienso en la suerte,
la pido para este pueblo…
no la entiendo,
no sé cómo nos escoge,
quién le tira los hilos:
si es desde el cielo o desde el infierno.
Me siento afortunada
pero no sé
desde dónde me eligieron.
Y sigo caminando sin verte,
y de tanto caminar por fin entiendo
algunas palabras,
creo que una es el sentimiento,
no hay que explicarlo
como todo lo que trato de entender,
sólo se siente,
sin más.
Otra palabra que encierra sentimiento
y que alivia
tiene varios nombres:
uno de ellos, esperanza.
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