Aclaro que esta leyenda no la inventé yo, la escuché y le agregué de mi cosecha. La escuché como flechador de la luna y también como flechador del sol. Se la adjudiqué a Tonatiuh, el Dios del Sol.
Solo interpreté la historia y la transcribí con las siguientes palabras:
Cuenta la leyenda
que cinco guerreros aztecas aprendían a flechar,
mientras que todos apuntaban a un árbol, Tonatiuh, el más joven ,
siempre intentaba flechar al sol,
a toda hora practicaba,
siempre con el mismo fervor.
Día tras día con su arco y flecha
una misma figura junto al sol.
Todos creían que era un loco, un iluso, un soñador.
Aunque nunca lo flechó, nadie tuvo más entrega y más decisión que Tonatiuh,
nadie logró, mejor que él, alcanzar lo que su corazón anheló.
Nadie tiró más lejos que el gran Tonatiuh,
que llegó a ser el mejor guerrero,
el místico y legendario
flechador del sol.
Solo interpreté la historia y la transcribí con las siguientes palabras:
Cuenta la leyenda
que cinco guerreros aztecas aprendían a flechar,
mientras que todos apuntaban a un árbol, Tonatiuh, el más joven ,
siempre intentaba flechar al sol,
a toda hora practicaba,
siempre con el mismo fervor.
Día tras día con su arco y flecha
una misma figura junto al sol.
Todos creían que era un loco, un iluso, un soñador.
Aunque nunca lo flechó, nadie tuvo más entrega y más decisión que Tonatiuh,
nadie logró, mejor que él, alcanzar lo que su corazón anheló.
Nadie tiró más lejos que el gran Tonatiuh,
que llegó a ser el mejor guerrero,
el místico y legendario
flechador del sol.
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