Entiendo a los que se fueron y a los que se equieren ir, solo espero que recuerden que todos llevamos una hipoteca a cuestas
Se fue, huyó
no le importó
Fue más fuerte el sentimiento de impotencia
que el apego a las raíces
Abandonó su ingenuidad, su tristeza
las dejó muchos metros bajo tierra
y se fue
Nunca había visto más que la injusticia
Falsas palabras, falsos sentimientos
eran la verdad
la pobreza aligeraba a la riqueza
era la ley de su lugar
Cruzó huizaches, piedras y ríos
hasta que bajó la marcha
y un nuevo hogar buscó
que fuera verde, frondoso
y en la búsqueda sustento encontró
Sustento cercano a riqueza
pero los hermanos, los sentimientos
se escondían
en cambio el racismo, la codicia
desangraban
Y la segregación peor que en la propia tierra
y el odio
y el desprecio
además la culpa inmensa por el desapego
por la traición a las raíces
lo llagó
Entendió que también hay injusticia
en creer que tiene más peso
la tranquilidad que da la lejanía
que mirar de frente la maldad y la avaricia
Y entonces regresó
con sus hermanos y sus enemigos
Sintió que cuando naciste de la tierra
cuando el agua regó por tanto tiempo
cuando subsidió deseos y cultura
despegarse es inmoral
Aprendió de nuevo a vivir con el frío y el calor
que casi olvida
a respirar inmundicias y flores
a regresar a la tierra
poco de lo mucho que da
entendió que al menos la palabra
es espada
y los pensamientos escudos
en una lucha sin fin
Comprendió que ésa es la consigna de vivir
con honor
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