martes, 22 de febrero de 2011

Mente segregada

La bruma humedece el paisaje
las gotas transparentes y frías
inundan lo que está a su alcance

Las nubes pesadas de gris algodón alumbran tenuemente
en un instante el horizonte cambia
de la luz a la penumbra, de lo cierto al qué pasará

Quizá para cualquiera una tarde soleada
congestionada de alegría y bullicio
sería motivo de alegría
y la sombra empañaría las risas

Pero para una mente solitaria
los paraguas, los impermeables negros,
el frío concreto de las bancas del parque,
la lluvia, las nubes, la penumbra
aceleran la desolación
y la paz

En este país con castas que no se reconocen
en el que no todos se sientan en las mismas bancas
ni se divierten con los mismos juegos
este ambiente sombrío
hace emerger mentes solitarias,
como la mía

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