para escribir hay que echar a volar la imaginación, si no qué aburrido... no escribo de mí, escribo de la vida, de otras vidas
Por qué te
extraño si nunca te quise
será porque
eras parte de esa pared verde con tres rayas
o de la
ventana que trasmina al arcoíris
o del vaso roto
que escondí en la acera
para que
nadie notara mi torpeza
La pared
fundió su verde intenso y se convirtió en una pared blancucha desteñida
rehuyo sus
nuevas líneas
del techo
gotean conjuros
Escribo el epitafio
buscando
respuestas detrás de la lujuria de la telaraña de la esquina
descubriendo
la levedad de una monogamia irremediable
mientras
percibo que respiro aire que es el mismo
la
respuesta está ahí
no ha
cambiado lo esencial de la existencia
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